"Te doy mis ojos"

Quería verla desde hace tiempo aunque, hasta ahora, no había encontrado oportunidad. No sabía si estaba preparada. Pero hoy la curiosidad me ha podido y he aprovechado que la echaban por la tele.
Problema delicado que, gracias a películas como ésta, todos los que no lo han vivido en propia piel, pueden sentir un poco más cercano y encontrarse sobre aviso. Y es que cualquiera puede caer en la trampa.
Lo que la película no muestra es cómo se llega a esa situación. Nada empieza de repente. Empieza poco a poco. Casi sin que te des cuenta. Una palabra más alta que otra. Un gesto más brusco. Una frase más hiriente. Como pequeñas esquirlas que se te van clavando en el alma y que no sientes hasta que alguien las toca. Cuando te quieres dar cuenta los cristalitos se han convertido en puñales y se hacen insoportables. Pero para entonces te encuentras en tal oscuridad que no sabes hacia dónde dirigirte.