5.11.07

Consecuencias previstas

Un pequeño susto. No se necesita nada más. Ni nada menos.
Claro que hasta no sentirlo en propia piel no sirve de nada, que las experiencias ajenas están muy bien, pero para reaccionar nada mejor que las propias.
Y los consejos. Esos también están, aunque a veces hagamos oídos sordos.
Pero nada como un susto. Aunque sea pequeño y casi sin importancia. Aun siendo pequeño algo te rompe por dentro. Un pequeño pilar falla y la estructura que te sujeta se tambalea.
Recuento de daños. Equipo de emergencia. Plan de rescate... Y seguimos hacia delante.
Porque al fin y al cabo es Ahora (sí, con mayúscula) lo que interesa. Porque todo se puede desvanecer en dos segundos. Así funciona el equilibrio inestable.
Encontramos de nuevo el equilibrio recolocándolo todo. Como queremos y podemos.
Hasta que una vez acomodados en nuestro equilibrio llegue un nuevo susto necesario e impere el caos durante unos instantes. Sólo espero que el próximo también sea pequeño. Casi imperceptible. Sólo suficiente para provocar una reacción.

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