"Había ido de espejismo en espejismo e intuía que todavía había más vueltas equivocadas en el camino que le aguardaba. Empezaba a conocer que, más allá del triunfo o del amor, su destino era simple y profundamente el destino de todo ser humano. No una carrera o una vida brillante, sino conocerse."
BURDEOS, Soledad Puértolas.
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